domingo, 5 de abril de 2015

¿Cómo practicar una asertividad flexible y constructiva?. El NO sensible e integrador.

Nos negamos demasiadas cosas de manera rotunda. A veces rechazamos a las personas de manera inadecuada y les hacemos sufrir innecesariamente. También nos ponemos límites a nosotros mismos y los etiquetamos de infranqueables. Escribimos nuestros pensamientos con las palabras nunca y siempre, generando una terrible e innecesaria frustración en nosotros mismos y en los demás. ¿Cómo practicar una asertividad flexible y constructiva?. Aquí tienes algunas ideas.

Algunas personas dicen NO de una manera tan radical que me preocupan. Percibo que ese NO tiene que ver con algún esquema mental que un día establecieron en su cabeza y que les cuesta flexibilizar. Esos mapas mentales de los que Javier Iriondo nos habló en su taller y que hacen tanto daño. Porque la persona sufre cuando ve que se acerca a esos límites, o que los infringe, o que alguien lo hace. Pienso en esa persona que se dice a sí misma "yo siempre soy amable" y un día no lo es y siente que se traiciona. Pienso en la persona que dice "Nunca estaré con alguien 20 años menor que yo" o "Nunca estaré con alguien de mi sexo" o "Nunca tendré hijos" o "Nunca debería alcanzar 90 kilos" etc.


El cambio y la flexibilidad

Cuando te toca criar y eres madre aprendes mucho. Aprendes la consecuencias de un No y aprendes que hay muchos tipos de no. Aprendes que las circunstancias de la vida cambian y tus hijos crecerán y que lo que hoy no pueden mañana puede que si.

Por eso comprendes que también existe el:
- Ahora no.
- Bueno, ... pero.
- ¿y si en vez de...?
- También podemos...
- Eso será cuando...

Esto podemos decírselo a un niño, a cualquier adulto, a nosotros mismos. De esta manera estamos siendo flexibles y haciendo ver que nuestra negación tiene que ver más con las circunstancias que con el hecho en si. Comprendemos que un NO, es temporal, circunstancial, flexible. Estamos abiertos a alternativas, posibilidades ideas que integren nuestra posibilidad de cambio y los deseos de los otros. Estamos posibilitando sueños, estamos integrando realidades diversas.

Niño - Quiero una chocolatina.
Respuestas. "Ahora no. Cuando termines de cenar." "Bueno. Pero si haces los deberes primero" "¿Y si en vez de una chocolatina es una pera?" "También podemos merendar una mona" "Eso será cuando vayas al cumpleaños de tu amigo".

Adulto - Quiero quedar contigo a cenar
Respuestas. "Ahora no puedo. Quizás la semana que viene" "Bien. Pero podríamos quedar con más gente" "¿Y si en vez de cenar vamos de excursión?" "También podemos desayunar" "Eso será cuando no tenga pareja"

Los límites

Establecemos límites en nuestra vida que a veces pueden ser absurdos. Hablaba el otro día con una persona sobre aquellos que establecen que nunca podrán estar con una  persona, por ejemplo, de una determinada altura o complexión, de una determinada edady de cómo esto les niega posibilidades. 

Nos forjamos una idea en nuestra cabeza sobre cómo deberían ser las cosas y las buscamos así. Buscamos a personas con unas determinadas características, casas con unas características, trabajos con unas características, experiencias con unas características. Haciendo esto nos negamos probar, experimentar muchas cosas de las que recibimos y que quizás podrían servirnos y hacernos felices.

Otras veces esos límites tienen que ver con el momento en el que nos encontramos. Con nuestra situación anímica o con lo que deseamos para nuestra vida en un momento determinado. Que ahora hayamos decidido dejar de comer carne no quiere decir que en un momento de nuestra vida podamos cambiar de opinión. Es más, que en un momento determinado decidas saltar un límite no quiere decir que te estés traicionando, quiere decir que eres flexible. Díme. Si amas el deporte y un día decides tumbarte en el sofá y no hacer nada ¿Estás dejando de ser deportista?. Si comes sano y un día vas a un convite y te comes media tarta de chocolate tu solo, ¿Estás dejando de ser saludable?. No ¿verdad?. O sí, pero sólo en ese exacto momento.

También podemos flexibilizar nuestros "Noes". También podemos decirnos a nosotros ahora no pero quizás más adelante. Quizá podemos dejar una rendija abierta en nuestra puerta de la vida para que entre la felicidad, la posibilidad que no contemplamos ahora pero que existe. La posibilidad de cambiar, de aceptar lo que ahora no aceptaríamos, de encontrar en vez de buscar.


Concluir y dejar ir

La vida tiene etapas. Tiene momentos. A veces sentimos que necesitamos concluir algo. Necesitamos acabar ese libro que estamos leyendo desde hace dos meses o decidir que ya no lo vamos a leer. Necesitamos irnos de esa casa. Necesitamos dejar de ver a alguien. Necesitamos un cambio y los cambios requieren una conclusión.

Las personas que están a nuestro alrededor también necesitan concluir y a veces eso significa alejarse un poco o por un tiempo. Si no comprendemos que para vivir tenemos que cerrar, concluir, dejar ir a personas y situaciones. Para evolucionar necesitamos dar carpetazo a temas eternamente inconclusos. Si no comprendemos y aceptamos esto vamos a sufrir mucho anclados en lo que pudo ser y no fue y nos perderemos lo que esta siendo y podrá ser.

Un Sí es un No y un No es un Sí

Mi vida ha estado llena de periodos de mucho trabajo y ocupaciones seguidos de otros en los que no he tenido tanto trabajo. Algo que siempre comento es que cuando tienes dinero no tienes tiempo y cuando tienes tiempo no tienes dinero. En la vida hay que elegir y cuando eliges también renuncias.

Porque la vida es así. No tener pareja o hijos es tener más tiempo y posibilidad de acción. Tener hijos es tener más compañía y diversión pero también más responsabilidades. Vivir en una ciudad probablemente es renunciar a la tranquilidad o a la posibilidad de ir andando al trabajo. Si estás aquí no puedes estar allí. Si dices SI a algo estás diciendo No a otras cosas así que elige bien porque a veces sin quererlo estás negándote cosas. Piénsalo.

La diferencia entre el rechazo a la persona o a la situación / conducta

Voy a pedirte un gran favor por el bien de la humanidad.

No le niegues a nadie su dignidad. Todo el mundo se merece un mínimo respeto. No rechaces a las personas,  solo aquello de ellas que no te gusta. Sentirse rechazado como persona es uno de los peores sentimientos que existen e incide directamente sobre la autoestima.

No rechaces a una persona porque viste de una manera determinada, habla de una manera determinada, piensa de una manera determinada, anda de una manera determinada, come de una manera determinada, trabaja de una manera determinada, viene de un lugar determinado, es de un sexo determinado, le gustan unas cosas determinadas, se ha comportado contigo de una manera determinada. ¡No lo hagas!.

Puedes rechazar su compañía, puedes pensar diferente, pueden no gustarte sus pantalones o su manera de sudar. Puede que no te guste que va dejando sus trastos y papeles por toda la oficina sin cuidado o que sus chistes son tendenciosamente machistas. No te gusta que esa persona tarde tanto en decidirse o que decida demasiado rápido y luego se arrepienta o puede que detestes sus tremendas faltas de ortografía pero eso no ES la persona, son sus conductas, muchas de las cuales tienen que ver con aprendizajes y circunstancias y no son determinantes ni eternas. Acepta las personas, rechaza la circunstancias o el acto y comprende que tu NO igual es temporal, tanto como pueda ser la conducta de la persona o su circunstancia.

Siempre con tacto y siempre aclarándole a la persona que NO es ella, que eres TU. Eres tú el poco flexible, el que rechaza, el que tiene una manía, o creencia o limitación mental. A esa persona no le pasa nada malo, esta bien como es.

Las puertas entreabiertas

No sabes lo que pierdes cuando cierras una puerta. No sabes lo que pierdes cuando limitas tu vida. Igual estás perdiendo experiencias extraordinarias. Igual estás perdiéndote la vida. Igual estás perdiéndote la felicidad.



Dale una posibilidad al futuro, a la vida, a ti mismo. Deja las puertas entreabiertas.


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