sábado, 2 de mayo de 2015

Querida mamá

Cada día que pasa doy gracias por poder compartir la vida contigo y tenerte cerca. Hay muchas personas que, desgraciadamente, ya no pueden decir lo mismo y saben lo que significa esa gran pérdida.



Por eso aprovecho la oportunidad que se me brinda en este día especial para decirte lo que pienso y siento sobre ti cada día de mi vida. Mamá, eres una persona extraordinaria. Has sido y sigues siendo un ejemplo cotidiano de integridad, honestidad, generosidad y amor. Me enseñaste una de las cosas más importantes que he aprendido en mi vida, a tratar bien a las personas independientemente de su condición, situación o estado. Saber comportarme con amor hacia todo el mundo es una de las cosas de las que me siento más orgullosa y tu me lo has enseñado. Además desde siempre tu alegría, optimismo y fortaleza me han hecho confiar en el futuro, incluso en los momentos más difíciles.

Ahora que soy madre sé que una madre casi siempre está preguntandose cómo podrá ayudar a sus hijos, cómo podrá mejorar su vida. Sé que tu te preocupas mucho por mi y quiero que sepas que has hecho mucho sólo con tu ejemplo, simplemente siendo tu misma. Esto es importante porque como mujer sé que todas tenemos muchas inseguridades y a veces no nos valoramos lo suficiente. Por eso te escribo esto, para que sepas que puedes estar orgullosa de ti misma porque eres un gran ejemplo para el mundo entero ya que si todas las personas fueran como tú este mundo seguramente sería un mundo maravilloso donde vivir y eso es algo que marca la diferencia entre las personas.

Adoro como me cuidas mamá. Me encanta que me llames y me preguntes si necesito algo. Me encanta que llames a mi puerta para traerme cosas porque eso significa que piensas mucho en mi. La carne, el pescado y todas las cosas que traes son importantes pero lo más importante es el amor con el que van envueltos que me recuerdan cada dia que mi madre está ahí y me quiere como el primer día.

Te quiero tanto mamá. Gracias por dejar que te abrace y te bese y te diga de vez en cuando que te quiero mucho. Gracias por el brillo de tus ojos cuando te digo todas estas cosas y por ser una madre cálida y acogedora en todo momento que comprende que da igual la edad, cuando una persona está con su madre nunca deja de ser el niño o la niña que necesita amor incondicional. Ese amor incondicional que libera de las culpas que constantemente nos imponen o nos imponemos, el amor con mayúsculas.

Sabes que a veces me siento triste y me pierdo en mi melancolía. Pero en realidad tengo una fortaleza interior. Esa fortaleza viene de la certeza de sentirme una persona afortunada por tener y haber tenido el amor de sus padres y saber lo que es ser querida, aceptada, valorada y cuidada con cariño.

Si una nube sombria se cruza en mi vida alguna vez pensaré en tí mamá y eso seguro que me ayudará a continuar. Espero poder estar junto a ti muchos años más. Cuidate mucho siempre.

Delfina

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