Creo que vivimos de manera bastante inconsciente. Hacemos las cosas a golpe de impulso y de costumbre sin pararnos a sentirlas y observar si lo que hacemos nos hace felices o no.
Desde que he girado el foco hacia mi y he empezado a observarme con paciencia empiezo a darme cuenta que hay algunas cosas de mi conducta que me han hecho infeliz y las hacía porque supuestamente era lo normal. Ahora que ya sé que no soy normal, que no quiero ser normal, que sólo quiero ser un yo feliz, ahora, me doy cuenta de que esas conductas me hacen daño.
Me hace daño estar centrada en mis obsesiones y pensamientos en lugar de disfrutar de vivir y sentir las cosas que dicen y hacen las personas que me rodean, principalmente aquellas que amo. Quiero aprender a escuchar más y a observar como me hace sentir mi entorno en lugar de pensar tanto. Quiero dejar de juzgar si lo que hago es o no correcto, si los demás han sido buenos o no conmigo, y en vez de eso quiero sentir si lo que hacen o dicen me hace feliz o no.
Tomando conciencia he descubierto que me molestan los grupos amplios de gente. Acabo de descubrir que, a pesar de ser bastante hábil socialmente, prefiero grupos reducidos de personas y que me siento muy incómoda cuando estoy a la vez con más de cuatro personas. He descubierto que, una vez superados los miedos irracionales acerca de todo eso malo que podría pasarme estando sola me encanta la soledad y que alcanzo una situación de bienestar muy agradable y únicamente cuando estoy sola.
También que a pesar de lo divertida y desvergonzada que yo pueda resultar para muchas personas no me gustan las fiestas (familiares, de amigas o del tipo que sean), ni los alborotos, y que el ruido por si solo eleva notablemente mi nivel de ansiedad. Que cuando el ruido cesa siento un gran alivio incluso físicamente.
He estado cuarenta años viviendo de manera constante en dirección contraria a mi propio bienestar simplemente por no escucharme. Cuando pensamos, cuando juzgamos, no es nuestro auténtico yo quien habla sino todos aquellos que nos han socializado. Cuando nos quedamos con la emoción sin juzgar el hecho, ni a nosotros, descubrimos cuales son las cosas que nos sanan y cuáles destruyen nuestra salud.
Dime. ¿Cual es tu caso?. ¿Te has parado alguna vez a tomar conciencia?
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