martes, 19 de julio de 2016

La amabilidad mal entendida nos hace esclavos.


Por primera vez me siento libre de mi propia tiranía y creo que voy a llorar porque ya estaba muy cansada.

Me voy a dar las gracias encarecidamente.

Estaba cansada de que mi cabeza priorizara el bienestar de los demás por encima del mio.

Estaba cansada de tener miedo de todos.

Estaba cansada de vivir otras vidas.

Espero poder perdonarme. Creo que aún estoy a tiempo de recuperar la alegría de vivir.

En esencia sigo haciendo muchas de las cosas que hacía. Cosas agradables para todos. Bromeo bastante. Ayudo a quien puedo. Sonrio. Beso. Acaricio. Miro a los ojos. No he cambiado demasiado.

Pero estoy hablando seriamente cuando creo que abusan de mi confianza en lugar de dejarlo pasar con mayor frecuencia.

Estoy diciendo lo que realmente pienso y estoy callando cuando quiero callar sin preocuparme de que me juzguen mal.

Por primera vez estoy diciendo no a la amabilidad perjudicial. Esa en la que me traiciono a mi misma y a los que quiero.

Y pienso ¡Madre mía! ¡Se va a caer el mundo! Pero no se cae.

El mundo no se cae por decir y hacer lo que consideras correcto alto y claro.

No se cae por actuar de manera poco delicada en un momento dado.

Me siento agradecida por esta oportunidad que me he dado a mi misma de sentir que el amor más importante es el que yo pueda darme.

Por esta iniciativa de creer que el valor de cualquiera no se mide por su amabilidad aunque resulte tan agradable actuar amablemente.

Me doy cuenta de cuantos supuestos establecidos tengo en la cabeza sobre cómo debemos ser que he convertido en una tiranía para mi misma y para los demás.

Me doy cuenta de lo inflexible que se puede llegar a ser con lo que se supone bueno o adecuado.

Adecuado a partir de ahora es sentirme libre y permitirme hacer aquello que siento justo en cada momento y en función de mis valores.

Me está pareciendo muy saludable tomarme nada en serio a los que no me conocen.

Al fin y al cabo la vida y la felicidad nunca dependieron de ellos.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena Delfina por el comienzo de tu nueva vida. Ahora seguirás siendo tú, pero más tú todavía. Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar

Siempre dispuesta a leer tu opinión.