lunes, 26 de mayo de 2014
Desátate: Líbrate de los límites represivos
Todas las culturas tienen valores que se expresan en una serie de conductas que son aceptadas o reprimidas en un contexto concreto. Entre todos decidimos qué nos parece correcto y lo expresamos en nuestra vida diaria. También influyen nuestras experiencias. Todo esto es necesario para nuestra cohesión social y nuestra estabilidad. Las pautas son necesarias. Pero ¿que pasa cuando estas conductas estereotipadamente correctas se oponen al libre desarrollo de nuestra personalidad?
Hace muchos años estábamos tratando este tema en el grupo de mujeres y una mujer me dijo. No soy capaz de tirar los yogures. Contó que en su casa se había insistido mucho en la norma de no tirar la comida. Ella se llevaba yogures al trabajo y le caducaban. Los dejaba allí en la nevera meses y meses caducados y no se sentía capaz de tirarlos a la basura. Era como si la voz de su padre le dijera "No se tira la comida". Pero ¿Es este comportamiento lógico?. ¿Que vas a hacer? ¿Acumular yogures y yogures hasta que te invadan la nevera aunque ya no te los puedes comer?.
Este ejemplo es un poco simplista. Pero ¿y cuando hablan de cómo deberíamos ser?. Deberíamos ser buenos, querer a todo el mundo, ser positivos y amables en todo momento, trabajadores, puntuales, recuperarnos rápido de las dificultades, buscar la excelencia, redimirnos a través del trabajo, amar a nuestros maridos y esposas y serles fieles, ser guapas y delgadas, limpias y ordenadas, buenas madres y padres, ejemplos de virtud. ¡¡Anda yaaa!!
Pero ¿Y si no queremos ser así?. La respuesta es obvia ¿no?. Atente a las consecuencias. Todas las culturas y sociedades tienen su manera de controlar las conductas que se desvían de la norma. Según en el contexto en el que te muevas te amenazarán, por ejemplo, con el infierno o con el rechazo social que te puede suponer en el aquí y ahora infringir cualquiera de estas normas sea de manera voluntaria o involuntaria.
Es inevitable. Todos tenemos una idea de lo que es correcto y lo que no pero. ¿Hasta que punto tenemos que ser inflexibles con ellas? ¿Hasta que punto son importantes?. Las normas nos tienen que ayudar a crecer. No limitarnos. Tienen que ayudar a desarrollar nuestras potencialidades. Todos no somos iguales no todos necesitamos lo mismo y en la misma medida huye de las generalizaciones y rechaza los límites represivos que no te dejan respirar.
¡¡Desatate!!
Esta es mi propuesta ¡¡Rebelate contra los límites represivos!!. Anula las posibilidades de castigo. Alguien ha dicho hace poco. " Si no luchas, luego no llores". Pues yo te digo ¡¡Lucha si quieres y si puedes!! ¡¡Pero no te sientas obligado!! y si no lo haces y después quieres llorar por ello, ¡¡Pues rebélate y llora!!. Tienes derecho a no escuchar y guiarte por tus propias normas. A vivir tu vida a tu manera siempre que respetes a los demás.
Ámate y respétate a tí mism@ por encima de todas las normas. Tu vida es lo más precioso.
Sé libre, si quieres, hasta en esto la última decisión es tuya, y luego, responsabilízate de ello. Claro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Siempre dispuesta a leer tu opinión.