miércoles, 2 de abril de 2014

¿Cuales son tus defectos y virtudes?: Cómo afrontar valoraciones negativas.



Que manía tenemos las personas de juzgarlo todo como positivo o negativo. Las cosas son y están ahí sin un sentido positivo o negativo simplemente aparecen, existen, llegan. Pero ahí vamos nosotros corriendo a darles una valoración.

Cuidado con las palabras. Cuando dices que algo, o alguien, es de una manera, en realidad sólo estás dando tu opinión. Sólo estás diciendo lo que a ti te parece bien o mal, adecuado o inadecuado, lo que te gusta o lo que no. Lo que tu dices no es universal ni lo será nunca.

¿Quién decide lo que es estético o no? ¿Quien decide lo que es bueno o no para alguien?.

Tengo una amiga que se preocupa mucho por su peso. Cuando a alguien le sobra peso, por ejemplo a mi, enseguida empieza a decir que eso no es sano ni le parece estético. Me lo dice porque tiene mucha confianza conmigo y yo se lo aguanto porque es mi amiga, pero no creo que nunca llegue a convencerme de que tiene toda la razón por mucho que sea tajante en sus declaraciones. Podré admitir parte de ello si coincido con su forma de ver las cosas pero siempre será mi opinión igual que lo es la suya.

Esto del peso aún puede ser medido y existen unas tablas establecidas por instituciones más o menos reconocidas en el ámbito de la salud. Pero ¿Que pasa cuando empezamos a valorar las cualidades personales o los comportamientos de manera positiva o negativa?. ¿Cual es el resultado? ¿Ayudamos a alguien con eso? ¿Estamos siendo justos en nuestras valoraciones? ¿Cómo puede afectar eso a otra persona? ¿Cómo le estamos haciendo sentir?.

Se dice por ahí que todos tenemos defectos y virtudes. Pues yo creo que es mentira. Todas las personas tenemos comportamientos, pensamientos y sentimientos, esa es la realidad. Yo diría que tenemos unas determinadas características que pueden gustar más o menos a otras personas dependiendo de, el momento, el lugar, la cultura la edad el sexo, la religión y muchas otras variables cuantificables o no, objetivas y subjetivas. Demasiada complejidad como para caer en el simplismo de tachar algo de bueno o malo a la primera de cambio.

La reformulación positiva

Aunque te parezca increíble a todo le podemos dar la vuelta y si practicas un poco serás capaz de valorar una misma cosa, en ti o en los demás, de maneras distintas y podrás darle las connotaciones que quieras. Ya sabemos que no es lo mismo “llegar tarde” que “hacerse desear”, la cuestión es que tu quedaste a una hora y has llegado a otra. Tampoco es lo mismo hablar por los codos que tener una gran capacidad de expresión verbal.

Seguro que te acuerdas cuando te decían que eras malo. Te acuerdas cuando te dijeron que algo en ti no era adecuado, que estabas mal, que no llegarías. Tu eres un ser único y especial y digno de todo el amor del mundo, todas las personas lo somos. Puedes cambiar si quieres pero sólo si tu quieres, no porque alguien un día te diga que lo hagas.

Porque esa es la cuestión más importante. Cómo tú te defines y cómo te define tu entorno crea tu propia identidad así que ¡¡Cuidado!!. Principalmente en la infancia hay que estar alerta con las valoraciones porque esto puede influir en la autoestima que desarrollemos en el futuro y la autoestima y la felicidad van de la mano. Por tanto, considero adecuado ser prudente en las afirmaciones que se hacen sobre los comportamientos de los demás, especialmente en el caso de los niños y niñas. Pero además, escúchate también a ti mismo/a cuando hablas sobre ti. ¿Que te estás diciendo?.

Bueno, ya sabemos que en esta cultura queda muy bien que no hablemos bien de nosotros, so pena de parecer egocéntricos y engreídos. Pues entonces al menos intenta ser objetivo, céntrate en el hecho y no lo extrapoles a un rasgo de personalidad. Si una persona ha hecho algo y eso no te ha gustado, destaca el hecho, no tu interpretación del mismo. Si piensas que te has equivocado, toma distancia y observa el hecho, intenta no sentirte mal sobre el mismo. En este mundo no hay desastres, ni malos, ni charlatanes, ni vagos, ni tontos, en este mundo hay comportamientos a los que tu das un valor y un mismo comportamiento puede ser valorado de maneras muy distintas.


Reformulación positiva y búsqueda de empleo

La única persona autorizada a darle un valor determinado a una conducta propia y decidir cambiarla, mantenerla o aumentarla eres tú mismo. Los demás pueden hacerlo, si, pero sin autoridad alguna. Si en alguna entrevista te animan a que hables mal de ti, dale las vueltas que tu quieras pero no lo hagas. Tu eres capaz de convencerles de que eres la persona idónea, siempre que tu creas que lo eres, y si no les convences esta vez ya les convencerás a la próxima.

Los seleccionadores saben muy bien qué tipo de persona buscan para un puesto y tienen su propio criterio sobre ti. Sobre tu conducta, tu vestimenta, tus palabras. Les has dado una impresión subjetiva nada más llegar, les has entregado un currículum con todos tus logros y extraerán unas conclusiones de ello, es inevitable. Pero hazte un favor siempre, no les pongas en bandeja el poderte descartar. Ya que las cosas, incluso tus comportamientos, solo existen y ya está, no seas tú quien las valore negativamente. Eso es el trabajo de ellos y lo harán, el tuyo es mostrarle lo que realmente vales y seguro que es mucho, mucho más, de lo que nadie jamás hubiera imaginado.

2 comentarios:

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