Ayer había quedado con una amiga para andar a primera hora. Por la noche apagué el móvil, y cuando lo encendí por la mañana me enteré que le había surgido un imprevisto y que no podía venir. Pero yo ya estaba preparada. Para cualquiera lo más lógico puede parecer que ni siquiera se plantee la duda. Sin embargo la idea de ir sola no me seducía en absoluto. Por un segundo, sin embargo, me convencí a mi misma y me dije que tenía que probar a hacer esto sola y allá que fui. El jardín del Túria estaba lleno de gente, como siempre, de todas las edades, andando corriendo, con la bici. Había otras chicas, aunque pocas que corrían solas. La experiencia fue muy positiva.
Todo esto hizo volar a mis pensamientos más allá. A preguntarme porqué este miedo tan absurdo que desde siempre me persigue a hacer las cosas que quiero sin necesidad de nadie que me acompañe y pensando en ello llegué a la conclusión de que es una cuestión de género.
¿Qué significa esto? Pues que estamos educadas para ser personas dependientes y para tener miedo a hacer y disfrutar cosas nosotras solas, esto, además está unido a la falta de referentes históricos o familiares de mujeres que hicieron grandes cosas sin ayuda de nadie, que las hay seguro, pero casi no las conocemos ni nos han hablado de ellas.
No olvidéis las que llegáis ahora a la edad adulta que las cosas no fueron fáciles para las generaciones anteriores. No hace tantos años que, legalmente, una mujer necesitaba permiso por escrito para todo de un hombre. Por supuesto lo necesitaba para montar un negocio y se consideraba que toda mujer tenía un "cabeza de familia" que la tutelaba y le daba la capacidad de obrar en la vida.
Psicológicamente esa necesidad de apoyo pasa de generación en generación. Ayer leí que los genes tienen memoria y no me extrañaría. Si toda tu vida te están insinuando que sin ayuda no podrás, que siempre es mejor acompañada, es más si siempre están insinuando que ser una mujer guerrera y luchadora no es nada sexy y que la que lo hace lo hace por necesidad y no por gusto.
Pienso en todo lo que veo a mi alrededor y concluyo que somos las personas más trabajadoras del mundo. Seguro que si se valorara económicamente todo el trabajo que hacemos las mujeres de manera generosa no habría dinero en el mundo para pagarlo. Además, la mayoría de las veces somos capaces de hacer varias cosas a la vez de manera espontánea y gestionamos el tiempo de manera increíblemente eficaz. Sin embargo tenemos miedo, de pronto nos sentimos solas y nos frenamos. ¿Por qué?. Si nosotras no estamos solas que somos muchos millones. Siempre tendremos ayuda, siempre, de alguien, habitualmente de alguna mujer que nos escuchará con paciencia y nos dará esas palabras de ánimo que necesitamos.
Podemos hacerlo y podemos hacerlo muy bien. Todo lo que queramos solo hay que empezar. En todas las familias hay historias de grandes luchadoras. Dos de mis bisabuelas tuvieron que luchar mucho para sacar a su familia adelante, una de ellas enviudó pronto y tuvo que hacerse cargo del negocio junto con sus hijos, el marido de la otra tuvo una desgracia económica y tuvieron que ponerse todos manos a la obra para sacar a la familia adelante. Cada una de ellas con 4 hijos que criar. Tomaron decisiones muy difíciles en una época en la que las mujeres no podían decidir por sí mismas, y acertaron. Si ellas lo hicieron nosotras también lo vamos a hacer.
He tenido mucha suerte. Soy hija de una mujer inteligente y luchadora que desde siempre tuvo claro que lo mejor para su hija sería estudiar y tener una independencia económica. Ella misma peleó por tener unos estudios que sus padres no creían necesarios y ha estado toda su vida trabajando de manera ejemplar y compatibilizando su trabajo con el cuidado de la familia. En su caso, como en el de otras, ha sido muy importante el apoyo que siempre ha tenido por parte de mi padre pero ella fue la que luchó por las dos, y hoy yo quiero luchar por ella y por mi hija, y por todas las mujeres diciéndoles y demostrándoles que no están solas, que a todas nos pasa lo mismo, que tenemos tanto miedo a ser juzgadas y anuladas, a perdernos sin tener ese respaldo que se presupone que nos tienen que dar.
Tenemos recursos, somos fuertes. Hay muchas mujeres que han podido antes que tu. No tengas miedo de decir lo que piensas, de actuar, de luchar por aquello en lo que crees. Siempre encontrarás a otra mujer lejana o cercana que te escuchará, que te cederá algo de tu tiempo para que le cuentes, en persona, por teléfono, por Internet, una persona que no te juzgará haciéndote sentir mala madre, mala mujer, mala esposa, mala amiga y todas esas cosas negativas que se quiere que pensemos de nosotras mismas. Es mentira , eres maravillosa y puedes. SEGURO QUE PUEDES.
En mi vida profesional y personal he tenido la oportunidad de escucharos muchas veces. No somos tan distintas en nuestra enriquecedora diversidad. La vida nos presenta situaciones complicadas que nos generan dudas, por ejemplo enfermedades de familiares muy graves y lo dejamos todo para estar con esas personas. También veo constantemente circunstancias muy complicadas en la familia y las mujeres piensan en primer lugar en cuidar de sus hijos e hijas y ponernos a salvo.
Tenemos muchas cosas admirables, así que en ese momento terrible en el que sientes que ya no puedes más, si buscas ayuda la encontrarás siempre, en tu interior o en tu entorno, cerca o lejos, conocida o desconocida. Cuando pienses que no hay salida, cuando tengas miedo, habrá una persona que te entenderá y te dirá... tranquila yo te ayudaré. O mejor, tendrás una madre, una hija, una hermana, una abuela, una amiga que te abrazará y te dará el aliento para continuar por ti misma. Ellas te entenderán porque alguna vez ellas también lo sintieron como tu.
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Dedicado: A mi madre, a mi hija, a mis amigas luchadoras y solidarias. A todas las mujeres maravillosas de mi famila y especialmente a las que ya no están.
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Edición 03.03.2014. Querida María. Con sólo 5 años ya tienes una gran intuición y desde que escribí este post no paras de visualizar y bailar este video muy relacionado con lo escrito aquí. Espero que todas las personas que lean este post disfruten escuchándolo tanto como tu. Te quiero hija.
Lo de la soledad es una lección que cuanto antes se aprenda menos sufres y más libre eres. Es un tema de necesidad.
ResponderEliminarLa soledad es algo de lo que hay que disfrutar.
Correcto. Soledad y libertad responsable. Fuera dependencias innecesarias. Adelante apoyos hacia la independencia. Tu eres una gran experta en esto. Una mujer sabia. Gracias por ser mi amiga y también por comentar este post. Un abrazo.
Eliminarno se puede decir más claro... gracias...
ResponderEliminarGracias a l@s que leeis y compartís. La claridad es uno de mis principios. Un saludo.
EliminarPues la verdad es que muchas veces me había planteado esto de la soledad y la independencia pero nunca había reflexionado sobre ello como tú lo has hecho. Hay muchas mujeres que parecen necesitar compañía para todo: para ir de compras, para pasear, para ir al médico... Yo nunca he entendido esa necesidad, me encanta hacer las cosas por mí misma y hasta he tenido broncas por mi afición a salir a pasear sola a las 3 o las 4 de la mañana. Creo que las mujeres deberían probar a estar solas y hacer las cosas por sí mismas y a encontrarse a gusto con esa soledad. Yo creo que la soledad impuesta es muy triste pero la soledad buscada es sinónimo de fuerza, de libertad y de independencia.
ResponderEliminarMuy buen post ;-)
Estimada Gemma. Muchas gracias por tu valiosa opinión y por mostrarnos tu experiencia. No todas las mujeres tienen miedo de la soledad o de hacer cosas por si mismas y gracias a eso tenemos ejemplos de que las cosas pueden ser hechas de otra manera y que podemos disfrutarlas igual o más. Hay más mujeres que no se sienten identificadas con este post y yo os admiro a todas. Siento responderte tan tarde. Un abrazo
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