lunes, 20 de octubre de 2014

Adicciones cotidianas inconscientes



Cuando haces algo que te está perjudicando y no sabes muy bien por qué pero te das cuenta de que no puedes dejarlo probablemente seas un/una adicto/a. Puede que no tomes drogas pero estés esclavizado por adicciones cotidianas inconscientes.

¿Te dices que no es cierto, que puedes dejarlo cuando quieras, que todo está controlado, pero lo cierto es que si estas sin ello te vuelves insoportable?.

Lo cierto es que te hace feliz pero al mismo tiempo sabes, te han dicho que esta perjudicándote, por la intensidad, por la cantidad, por la frecuencia que no entra dentro de lo sano, ya no duermes bien y estás un poco intratable si llega el momento y no lo tienes. Un día te das cuenta de que ya no puedes vivir sin ello e intentas dejarlo pero es muy duro. Necesitas un buen motivo, necesitas saber que puedes. Superar una adicción es una gran lucha.

Te entiendo, creeme. Hace 11 años dejé de fumar y aún me acuerdo de lo duro que fue. Pero también creo que fue uno de los mayores logros de mi vida. Fue un periodo malo pero las ventajas han sido innumerables empezando por la de sentirse libre, porque una adicción es una esclavitud.

Pasan los años y sigues creyéndote libre hasta que un día cualquiera como hoy descubres que tienes otra adicción pero esta vez mucho más perversa porque es algo que no tiene que ver con una sustancia dañina que genera adicción. Se trata de unos hábitos que has incorporado a tu vida desde la infancia, unas costumbres a las que tu cuerpo, tu mente se ha adaptado convirtiéndose en algo perjudicial y al intentar dejar esa costumbre observas los paralelismos y te das cuenta de que otra vez estás enganchada.

Me confieso adicta a la comida. Llevo 20 días a dieta y esta mañana he pasado un bache importante. Me he levantado contenta pero a las dos horas de desayunar ya tenia hambre lo cual es normal teniendo en cuenta que mi cuerpo está acostumbrado a otras cantidades, a otras frecuencias, a otro tipo de alimentos. Aunque me he comido una manzana, que suele saciarme, a la media hora otra vez tenía hambre y esto me ha generado un estado de ansiedad y de mal humor que me ha recordado mucho aquellos momentos de 11 años atrás cuando dejé de fumar. Hoy he comprendido muchas cosas de mi relación con la comida, cosas que ya venía sospechando hace tiempo.


Adicción va más allá de droga.

Ahora vendrás y me dirás que eso no es una adicción porque la comida no es una droga. Pues yo pienso que si nuestro cuerpo está acostumbrado a un tipo de alimentación que no es sana y al intentar cambiarla nos ponemos de mal humor y nos sentimos infelices resulta que tenemos una adicción con la comida. Más adelante te lo explico con detalle.

Hoy en día son muchas las conductas que pueden generar dependencia y que siendo inicialmente inocentes pueden acabar desencadenando una adicción. Puede haber a nuestro alrededor personas adictas al móvil, adictas a internet, adictas al juego, adictas al sexo, adictas al riesgo. Siendo conductas tan dispares tienen en común una serie de características con las adicciones mas conocidas que hace que puedan ser detectadas por un profesional de la psicología experto en estos temas.

La mentira del autocontrol

Todas las personas adictas se autoengañan inicialmente. Se empiezan a dar cuenta de  que su conducta les está haciendo un flaco favor pero piensan que pueden dejarlo cuando quieran. Se dicen a si mismos que son capaces de dosificarlo, que no les está perjudicando, que cuando lo necesiten lo podrán dejar pero resulta que cuando quieres dejar esos hábitos nunca encuentras el momento adecuado, vas postergándolo sin remedio y el día que por narices te tienes que enfrentar a la verdad, la verdad te tumba a ti porque notas que algo es superior a tus fuerzas, no puedes dejar de pensar en ello.

Yo nunca he estado delgada. Tampoco lo he querido. Básicamente estaba sana según los análisis y no me veía mal físicamente. Era mayor la satisfacción que suponía para mi tomar dos platos seguidos de arroz caldoso, después de un picoteo variado y un pequeño helado de postre que los inconvenientes que pudiera suponer tener unos kilos de más. Tenía suerte porque mi metabolismo estaba a toda mecha quemando calorías pero con la edad esto va frenando y llega un momento que el sobrepeso es una cuestión de salud. Entonces resulta que no es tan fácil dejar  de comer el tipo y cantidad de comida a la que estás habituado. ¿Por qué será?

El importante paso de reconocer una adicción.

Existe una línea entre lo necesario y lo excesivo. La línea puede cruzarse voluntariamente claro, simplemente por placer, pero en ocasiones el exceso se convierte en hábito. El hábito se integra como parte de tu vida, parte de tu identidad y sostiene parte de tu felicidad de tal manera que no puedes vivir sin él, o sabes que puedes pero te incomoda mucho saberte sin él. Estás en la espiral de la esclavitud, ya no eres tu el que controla tu vida. Ya no eres tu el que decide dónde vas, con quien, a qué horas, hay algo que te supera y está determinando tu estilo de vida por encima de tu voluntad. Si te das cuenta de ello te horrorizarás, te preguntarás cómo has podido llegar a eso. El mecanismo de la adicción es muy perverso, no te culpes. Ya has dado un gran paso porque has salido del autoengaño.

¿Que papel juega tu adicción?

Me gusta comer de casi cualquier cosa. Para mi comer equivale a alegría de la vida. Esto es una ventaja porque con la misma alegría me como una ensalada que un trozo de panceta pero ¿que pasa cuando debes poner un límite y esto te hace infeliz?. Aún estoy en ello pero creo que comer para mi suple algún tipo de necesidad psicológica que debo sustituir con hábitos saludables.

Me pasó con el tabaco más allá del mero síndrome de abstinencia físico había una necesidad psicológica subyacente. Descubrí que yo utilizaba los cigarros como medio de reflexión de tal manera que sin fumar no era capaz de pararme a pensar y tuve que aprender a pensar sin encenderme un cigarro. De otra manera, crear hábitos sanos que me permitieran cumplir con esa necesidad psicológica de pausa y reflexión mental. La adicción psicológica se crea por la asociación mental  de un hábito a una circunstancia determinada. También pasa por ejemplo con el consumo de alcohol y salir de fiesta para algunas personas.

¿Tienes un buen motivo para dejarlo?

Ahora que ya eres consciente de tu adicción y sabes que debes dejarlo tenemos que encontrar un buen motivo para ti. Puede ser que ese hábito esté perjudicando tu relación de pareja, tu salud, o que quieras o necesites hacer algo incompatible. Yo tenía un buen motivo para dejar de fumar. Quería ser madre y mi pareja no estaba por la labor mientras continuara fumando. Anteriormente lo había intentado en varias ocasiones sin éxito pero en aquella ocasión funcionó hasta hoy, 11 años después.

No hay mejor "ayuda" que creer en uno mismo.

Que no te vendan la moto. Ni chicles, ni cigarrillos electrónicos, ni dietas milagro del tipo que sea. Te lo puedes plantear como una ayuda pero si tú no te lo tomas en serio y te das cuenta de la gravedad del asunto volverás a caer en la adicción. Piensa que tu puedes si otros han podido. Piensa que será difícil pero imagínate cuando seas libre. Piensa en lo fantástico que será y pasa día tras día celebrando que lo has conseguido hasta que por fin lo consigas. Seguro que lo sabrás.

Campeones cotidianos

Soy una campeona. No habré corrido el maratón pero fue un gran esfuerzo y el resultado un gran logro. Pienso en el esfuerzo que estoy haciendo ahora y en las lágrimas que está suponiendo asumir que algo de nuevo tiene que cambiar en mi vida definitivamente y sé que otra vez estoy en la carrera y que haré lo que sea por llegar a la meta.

Todo aquello que hagas que mejore tu vida y te demuestre que puedes conseguir lo que te propones es un gran aprendizaje. Prémiate. Celébralo. Grítalo. Publícalo. Te lo mereces.


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